¿Porqué desbloquear a tu mujer es un deber y no una elección?

Para proteger tu matrimonio
Una mujer bloqueada en la cama piensa que lo normal es tener sexo con el marido 4 veces por mes (cuando tiene necesidad ella). De esta manera crea una relación insatisfactoria para ella y para el marido.

El hombre no pierde interés hacia la mujer pero pierde el placer de experimentar el sexo porqué de lo contrario vive sufriendo las negaciones de la mujer. Esto lleva a falta de atenciones y interés hacia la mujer que deja de ser amante para convertirse en una amiga que tiene que soportar hinchando las pelotas todo el día.
La mujer se siente gratificada porque la situación donde el hombre quiere algo que ella no le concede la hace sentir “superior y fuerte”. Además utiliza este poder para pedir al hombre mas de lo que quiere dar insinuando que si él lo hace ella “podría conceder mas de lo que concede”. Se trata sólo de prometer cosas que nunca va a cumplir porque desde el momento que la concesión se hace como parte de un trueque se vive como un insulto y sin el placer.

El problema se crea porque de la misma forma que el hombre tiene necesidad de una relación sexual plena, la mujer tiene necesidad de un hombre che la protege, la escucha y la hace sentir amada. El hombre tiene necesidad de la dulzura de la mujer para apagar la rabia que el mundo le hace sentir; la mujer tiene necesidad del coraje masculino para vivir sin miedo.

Consecuencia
Desde el punto de vista masculino la consecuencia es la de buscarse otra mujer. El hombre puede resistir 15 o 20 años pero antes o después buscará el encuentro con una mujer que no se siente bloqueada con él.
De parte de la mujer ser infiel al marido se hace mas complicado y la consecuencia común es la de depositar el rol del macho dominante en el hijo. Es decir hace que sea el hijo quien decide lo que se hace, incluso y sobre todo en relación a las decisiones que corresponden al marido. Las decisiones que debe tomar ella las sigue tomando siempre ella, de esto no hay ninguna duda.

El rol dominante al hijo

Para una mujer no hay nada mas simple. Ninguna deja decidir nada al marido dentro casa por costumbre y lo hacen desde el primer día en que inicia la convivencia. Si el hombre no acepta esta dinámica de subordinación hacia la mujer el matrimonio termina en pocos meses.
La capacidad de decidir ha sido perdida por el hombre desde el principio de la convivencia y el paso siguiente es normal y natural, la mujer hace que sus decisiones las tome el hijo. De esta manera ella decide en forma perfecta, porque el hijo decide lo que ella quiere. Si la decisión es correcta ella se toma la razón porque fue ella quien le dio el poder. Si la decisión fue equivocada, le da la culpa al hijo. Ella decide a través de la boca del hijo, se lleva los méritos y descarga las culpas.
Esta posición es la que se llama de “Reina”. Si las cosas van bien en un reino es gracias a la reina. Si las cosas van mal se licencia el gobernador, el primer ministro etc. La Reina reina pero no gobierna. Decide sin hacerse responsable de las consecuencias.
Esta estructura, presente y real en el 80% de las familias latinas es nociva para todo el núcleo familiar. Las hijas mujeres se sienten despreciadas. El padre se siente no respetado y para la persona que es peor en absoluto este rol es para el hijo.
El hijo es el chivo expiatorio de la situación porque se encuentra no sólo con toda la familia en contra: hermanas envidiosas, padre frustrado, madre dependiente; como si esto fuese poco el rol que la madre le ha dado implica el no poder tener el rol de hombre con otra mujer. Para ejercer el rol del hombre dominante dentro de la casa, el tiene que renunciar a su propia vida sexual. De esta manera mantiene el equilibrio dentro de la familia. Es por esto que toda relación con una muchacha viene interpretada como un ataque directo contra la madre/familia.
Una mujer que tiene una relación satisfaciente con su hombre no necesita recibir las atenciones del hijo para sentirse segura. Simplemente ejercita el rol que le corresponde en su vida, de madre y mujer feliz. Esta última frase es algo muy poco común en la historia de los matrimonios de este planeta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario